jueves, 5 de febrero de 2009

Vida Perra

¿Qué por qué lo he hecho? Porque se había empeñado en hacerme la vida imposible desde mi nacimiento, alejándome de mi camada, encerrándome en aquel sitio tan lúgubre. La muy zorra decía que era por mi bien, para que tuviese un hogar, una nueva familia.

¿Qué si me arrepiento? Claro que NO. Disfrute mucho viendo como la escobilla del váter desfiguraba ese rostro de arpía. Disfrute mucho viendo como sus huesos se quebraban con cada uno de los golpes que le propinaba. Disfrute mucho sintiendo como su sangre salpicaba mi rostro sediento de venganza por todos esos años de abandono.

Ahora me encuentro solo, encerrado en una jaula de castigo por mi mal comportamiento. No puedo hacer otra cosa mas que dar vueltas. Desde mi encierro escucho a esos malditos perros hablando entre ellos. Mi destino está en sus patas pues son mis amos.

- ¡Deberíamos sacrificarle! Es un salvaje. Ha matado a su propia madre. – Ladraba un caniche inglés.

- No sé querido, lleva tanto tiempo con nosotros... – Gruñó con tristeza la yorkside.

- No hay opción, mañana mismo vamos al médico y que le pongan la inyección.

Mi destino ha sido sellado, que vida perra...

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