domingo, 8 de febrero de 2009

Los 10 Mandamientos

Sonó la bocina que ponía fin a la jornada laboral. Nsombolay se dirigió a su tienda después de 14 horas de duro trabajo en la cantera. Estaba tan cansado que únicamente pensaba en tumbarse. Buscó entre sus pocas pertenencias y sacó una cajita metálica pequeña. Con mucha calma, y haciendo alarde de años de experiencia, se lió el porro de las 10. Cuando estaba ya bastante colgado y a punto de caer en los brazos de Morfeo su tienda se envolvió de una luz muy brillante y una voz profunda dijo:

- Nsombolay…. Nsombolay… Soy Coleeegaaaa

- ¿Colega? – pregunto extrañado mientras miraba fijamente hacia el techo con los ojos enrojecidos – Joder, que buena es esta mierda.

- ¡Calla y escuchame! – replico la voz – Mañana deberás reunir a todos los trabajadores de la cantera y los llevarás lejos de aquí, a los pies del Monte Mafalda. Os asentareis y allí esperaras mi llamada.

- Lo que tu digas Colega – susurró Nsombolay mientas caía en un profundo sueño

A la mañana siguiente Nsombolay se levantó con esa tranquilidad que le caracterizaba. No tenía que trabajar pues era día de descanso. Se dirigió a la cabaña donde se reunían todos para el desayuno. Caminaba pensativo, con la mirada perdida (aunque esto ultimo era producto de la pálida que le dio la noche anterior). No estaba seguro de lo que pasó, ¿fue un sueño o fue real?. Como todos los días no laborables el desayuno consistía en una taza de leche de soja acompañada de un trozo de pastel de maría. Aún dudaba sobre cómo debería actuar. Cogió su ración y se sentó en la mesa, bueno, más bien en la silla, que sentarse en la mesa es de mala educación. El algarabío que había en la sala era ensordecedor, pero pese a ello Nsombolay seguía absorto en sus pensamientos. Llevado por una extraña fuerza que aprisionaba su pecho, se decidió a actuar.

- ¡¡Troncos!!....¡¡¡¡¡¡Troncos!!!!! – le dio por gritar a la vez que se ponía de pie sobre la silla. - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Troncos!!!!!!!!!!!!

Nada, sus gritos no causaban efecto ninguno, parecía que a nadie le importaba lo que tuviera que decir. Producto de la desesperación gritó:

- ¡Chuck Norris murió hace 10 años solo que la Muerte no ha tenido el valor de decírselo! ... ¡Chuck Norris ha demandado a la NBC, alegando que Ley y Orden son marcas registradas para sus piernas derecha e izquierda!... ¡ La principal exportación de Chuck Norris es el dolor!

Observó que al fin había obtenido la atención de sus compañeros y dijo:

- Troncos, Colega me ha hablado. Me ha dicho que os saque de este antro y os lleve a la Tierra Prometida. Una Tierra donde la maría crece libre en sus inmensos campos, donde habrá una cachimba en cada casa, donde el único trabajo a realizar será el de liar los porros... en definitiva una tierra donde podamos caminar desnudos por la calle y reírnos de cualquier cosa que no tenga gracia. ¡¡Y yo os llevaré a esa Tierra!!

Todos los allí presentes corrieron como locos hacia sus respectivas tiendas a recoger sus pocas pertenencias. Mientras Elmaspelotus (capataz de la cantera), al observar aquel intento de fuga por parte de sus empleados, voló hacia el despacho del jefe para informarle. Al llegar al petó en la puerta, la entreabrió y dijo:

- Se puede señor Malafé

- ¿Qué quieres Elmaspelutus? Espero que sea importante porque estoy muy ocupado – le dijo sin quitar la vista de la pantalla del ordenador donde estaba echando una partida a los Sims 2.

- Los trabajadores, ¡¡que se están marchando!! Han recogido sus tiendas y se están pirando de aquí.

Malafé se levantó de su silla y se acerco a la ventana por la cual observó que su capataz le decía la verdad. Después de unos segundos, giro sobre sí mismo (vamos, que se dio la vuelta), miró a Elmaspelotus y mientras esbozaba una sonrisa dijo:

- Déjalos marchar mi amigo. Estos fumetas nos acaban de ahorrar todo el papeleo que supone realizar un expediente de regulación, y con ello mucha pasta en indemnizaciones, jajajaja.

Mientras todo esto ocurría los trabajadores abandonaban el recinto envueltos en un mar de canciones reagge y chistes de Chuck Norris. Ahora les esperaba una larga travesía hasta la Tierra Prometida.

Después de 40 largos, cansinos y duros minutos llegaron hasta los pies del Monte Mafalda.

- Por fin llegamos – dijo Nsombolay lleno de orgullo

- ¿Pero la historia no decía que teníamos que vagar por el desierto 40 años? – le replicó un gafotas con cara de listillo que caminaba a su lado

- ¡¡Calla!! – le dijo mientras le metía una colleja – Qué ganas tienes de caminar macho. Este sitio es el que dijo Colega y aquí nos quedamos. No pienso caminar más, ¡¡los cojones!! Y como le cuentes a alguien lo de la historia … ¡Paliza!

Los trabajadores se asentaron en la ladera de la montaña. Era una tierra fértil , pues un lago a pocos metros de distancia le daba toda la humedad que necesitaban las plantas para crecer. Montaron las tiendas y empezaron con la fiesta.

Había pasado una semana. Nsombolay como todas las noches se dirigió a su tienda, cansado de tanta fiesta. Se tumbó sobre el sacó y lió el último porro de la noche, y de nuevo cuando estaba a punto de quedarse dormido Colega se le volvió a aparecer

- Nsombolay escucha lo que tienes que hacer ahora.

- Hombre, no jodas Colega, que no son horas – murmuró Nsombolay todo sobado.

- No me repliques Nsombolay, no me repliques – gruñó la voz – Subirás hasta la cima del monte y allí te dictaré las leyes que impondrás a tu pueblo.

- ¿Ahora? – masculló Nsombolay - ¡No ves que es muy tarde tío! ¿Por qué no lo dejamos para mañana? Qué ahora estoy fiambre

- ¡¡¡Sal ya!!! – gritó la voz encolerizada.

Nsombolay se levantó de un salto y salió disparado de la tienda. Le llevó 27 horas coronar la cima del monte, la subida la realizó por un camino que tenía una longitud de no más de 1800 metros. A llegar a la cima, la voz le dijo:

- Podías tomártelo con más calma ¿no?. He tenido que anular la cita que tenia con el sastre que me iba a hacer una túnica nueva. – se quejó Colega.

- No haberme sacado de la piltra tan pronto – respondió Nsombolay

- ¡¡No me repliques te he dicho!! Esta juventud ya no respeta a sus mayores. Ahora te dictaré las leyes que habréis de cumplir.

Nsombolay empezó a buscar entre los bolsillos. Después de mucho buscar sacó una servilleta de bar, concretamente de Cantina la Cantera Feliz, y siguió buscando por los bolsillos, hasta que al final dijo.

- ¿No tendrás un boli por ahí? es que con las prisas me lo he dejado en la tienda.

De entre las nubes salió una mano que le entregó un bolígrafo bic.

- Joder tronco, que rácanos sois en el cielo.

- ¡¡Calla y escribe!!

Nsombolay escribió como pudo (ya que todavía estaba bajo los efectos del último porro) todo lo que le dictó Colega. Una vez escritos le ordenó que bajara a junto de sus compañeros y se los hiciese llegar.

Y así fue. Nsombolay recorrió la distancia que iba desde la cima hasta la ladera (los 1800 metros) en unas 19 horas. Al llegar observó que todos sus compañeros estaban danzando alrededor de un porro gigante que se habían hecho durante su ausencia. Nsombolay observó atónito lo que allí ocurría y muy cabreado dijo:

- ¡¡Troncos!! No me lo puedo creer. Me ausento un momento y os veo adorando a un porro gigante. Pero ¿acaso os habéis vuelto tontos? Nosotros solo adoramos a un Ser y ese es Colega, los porros…. ¡¡Nos los fumamos!! Venga, encenderlo ya.

Entre calada y calada la noche se iba consumiendo. Cuando a penas quedaba la chusta del porro gigante Nsombolay se dio cuenta de que tenía que leer los Mandamientos. Así que reunió a los pocos que todavía quedaban en pie alrededor suyo, y apoyado sobre un árbol para mantenerse de pie sacó la servilleta del bolsillo. Cuando fijó su vista en ella para leer lo que había escrito, se dio cuenta que lo único que había en la servilleta era un dibujo de un señor mayor con barba blanca vestido de jamaicano fumando un porro. Nsombolay empezó a reírse solo, y estuvo así durante unos minutos, hasta que alzo la vista y se dio cuenta que nadie más reía. No le quedaba más remedio que improvisar:

- Bueno troncos, he aquí los que me dijo Colega, estos son los 10 mandamientos que habrá que cumplir a partir de ahora:

1º Vive para descansar
2º Ama tu cama, ella es tu templo
3º Si ves a alguien fumando, ayúdale
4º Descansa de día para poder fumar de noche
5º El trabajo es sagrado, no lo toques
6º Nunca dejes para mañana lo que puedas dejar para pasado mañana
7º Trabaja lo menos posible y si puedes deja que otro lo haga
8º Nunca nadie murió por descansar, pero puedes lastimarte trabajando…
9º Si tienes ganas de fumar, siéntate y fuma
10º El trabajo es salud, déjalo para los enfermos.

La fiesta continuó hasta bien entrada la noche. Cuando ya no quedaba nadie en pie Nsombolay regresó como buenamente pudo a su tienda. Estaba tan cansado que ni ganas tenía de hacerse el porro de antes de dormir como era costumbre en él.

A la mañana siguiente sonó la bocina que anunciaba la hora de levantarse. Nsombolay despertó sobresaltado.

- ¿Quién es el cabrón que me ha despertado?¿es que aquí nadie va a respetar los jodidos mandamientos? ¡Si empezamos así mal vamos! – se quejó aún adormilado.

- Vamos tío, que hay que currar. Vaya nochecita nos has dado con los mandamientos y el puto Chuck Norris. No vuelvas a comprarle esa mierda al moro otra vez. – Le aconsejó su compañero de tienda mientras terminaba de vestirse y salía fuera.

- Osea que estaba flipando... ya decía yo que era demasiado bueno... ¡Desde mañana juro que lo dejo!... – Se dijo Nsombolay mientras se levantaba a duras penas para ir hacia la cabaña a tomar el desayuno de todos los días.

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